Si uno se pone a pensar el amor es cualquier
cosa. Le puede pasar al que sea y le puede también, no pasar, al que sea.
Cualquiera lo puede vivir y sentir y puede que cualquiera no. Cualquiera puede
ser ese amor y cualquiera puede no serlo. En cualquier lugar puede nacer, en
donde uno menos lo imagine y en un espacio cualquiera puede morir. Cualquiera
lo puede encontrar en una tarde y cualquiera puede durar toda una vida sin
encontrarlo. Se puede sentir en mes, de cualquier año, en un sin número de
veces y hay, algunos agradecidos que duran lo que dura una noche…
cualquiera.
Este es el caso de ellos, de una pareja…
cualquiera. Se habían dejado en una mañana simple e insípida como todos los que
se dejan, pero sin dejarse nunca. Se recordaban tal cual como se evitaban;
diariamente.
Cada día se levantaban luchando contra unas
ganas insensatas y persistentes de saber del otro. El día transcurría igual;
intentado no pasar por una calle…insípida para evitar cualquier encuentro,
buscando con desespero en el corazón, cualquier noticia del otro mientras
evitan que alguien les mencione el nombre que con sólo nombrarlo descontrola
cualquier emoción. Haciéndose ante cualquiera, incluso ante ellos mismos, los
que no se buscan, mientras que con sus mentes, que no son como… cualquiera, no
sólo se buscan y se esperan, sino que son tan fuertes (las mentes)… que se
atraen.
Esa es la historia de ellos. Que pudo ser la
de cualquiera; que se dejaron hace más tiempo de lo esperado pero menos, del
necesario. Quisieran o no, sin planearlo nunca, se encontraban una vez al mes.
Se miraban como un par de enamorados y el mundo se paralizaba. Nadie más
importaba y sencillamente por inercia terminaban juntos.
Cada uno hablaba y hablaba mientras se
besaban. Se reían, se acariciaban y se enamoraban como cualquiera se enamora
por primera vez. Como si el tiempo jamás hubiera pasado. Cada vez era mejor, en
cada encuentro se sentían mas compenetrados, mas correspondidos y mas
destinados. Instante de amor y pasión en donde sentían cualquier cantidad de
cosas y que eran el uno para el otro.
Y ahí estaban otra vez, como todos los meses,
guardando una relación que ninguno de ellos sabía ni aceptaba, como una vil
ironia cualquiera. Que para ellos no era más que en un instante… cualquiera,
trasnochado y demasiado corto de pasión, amor, sinceridad y amor. Suspiraban en
medio de te amos, caricias, locura, sexo y emociones de las más románticas.
Todo hasta que cualquier hora era la hora de
separarse. Se despedían sabiendo que habían sido felices y que su amor no era
como cualquiera, pero que pertenecía ahí. Se despedían sabiendo que tal vez se
encontrarían nuevamente en un mes en algún…o cualquier lugar. Se despedían
sabiendo que una vez más, los dos, se quedaban con las manos vacías luego de
haber tocado el amor y volverían a ser… cualquier par de solitarios. Se
despedían, una vez más, para empezar la lucha diaria del olvido y de dejarse. Y
aunque se olvidaban sin olvidarse y se dejaban sin dejarse, sabían que sólo era
como cualquier amor imposible e ingrato que cuando intentaba morir, volvía para
demostrarle a cualquiera, que era inmortal.
Y empezaba todo el proceso… como
cualquiera de las tantas veces anteriores: olvidarse y todo lo que esto
requiere. Fuerza de voluntad para no llamar, escribir o buscar. Evitar
cualquier contacto, cualquier noticia, cualquier, cualquier… en fin, todas esas
cosas que la gente sabe que debe hacer para curarse de cualquier amor y
olvidar. Y parcialmente lo lograban, o por lo menos aprendían a vivir sin el
otro o no y seguían como… cualquier par de solitarios.
Hasta que … un día… cualquiera, ahí estaban
una vez más ellos, que podían ser… cualquiera, dispuestos a un instante…
cualquiera , sólo eran víctimas de un
amor… cualquiera, que no era como cualquiera, pero que si era de esos amores
imposibles, que fácilmente, mata… a cualquiera…